
Piensa en algo pequeño, muy pequeño —
Una célula muscular sobre una cama de nanobots.

Nanobots en tu sangre —
En esta representación de un artista, un conjunto de nanobots está listo para ser enviado a fin de llevar medicamentos al interior del cuerpo humano con extrema precisión.

Nanobots en tu sangre —
Los robots microscópicos podrían ser capaces de reducir los daños colaterales ocasionados al tejido saludable; por lo tanto, podrían representar un avance considerable en la terapia contra el cáncer.

Nanobots en tu sangre —
La forma de los nanobots está inspirada en las bacterias de E. coli.

Nanobots en tu sangre —
La forma similar a una hélice permite que los nanobots sean controlados por medio de campos magnéticos, sin que exista un sistema de propulsión real a bordo.

Nanobots en tu sangre —
Los nanobots, una solución diminuta a grandes problemas.

Nanobots en tu sangre —
Los nanobots son tan pequeños que una cucharita podría contener hasta 3.000 millones de ellos.

Nanobots en tu sangre —
Una placa de Petri con una cultura de cepas bacterianas de E. coli, la cual inspiró la forma de los nanobots desarrollados en ETH.

Nanobots en tu sangre —
Aquí se ve el espeso petróleo que llegó hasta la orilla en el derrame de petróleo de Deepwater Horizon en el golfo de México el 1 de julio de 2010, en Gulfport, Misisipí. La nanotecnología tiene el potencial de abordar desastres ambientales como este de manera mucho más efectiva que los métodos tradicionales.

Nanobots en tu sangre —
El físico estadounidense y ganador del Premio Nobel, Richard Feynman, fue el primero en visualizar el potencial de la nanotecnología en 1959.