
El parque familiar más extraño del mundo —
Las 10 salas se inspiran en creencias budistas. Yama (al fondo a la izquierda), Dios de la muerte, supervisa los castigos.

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Cada sala es bastante exclusiva. Las almas destinadas a la quinta sala mataron a alguien por su dinero o su propiedad, o eran usureros.

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En la 'torre del placer', quienes sufrieron un mal pueden ver cómo castigan a sus enemigos antes de ser juzgados ellos mismos.

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Este hombre se rostiza en un pozo volcánico porque fue un timador, un ladrón o infligió lesiones físicas a los demás, según la inscripción de la exhibición.

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Este es el castigo para un estudiante por hacer trampa en un examen.

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En la décima sala del infierno, arrojan a la gente a la rueda de la reencarnación: según sus actos, reencarnarán en humano o en un animal.

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El microcosmos de Haw Par. Además de las famosas salas del infierno, en Haw Park hay dioramas menos brutales basados en los mitos, el folklor y la vida diaria.

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Este inquietante diorama se inspira en una leyenda sobre una mujer que amamantó a su suegra, quien ya no tenía dientes, para mantenerla sana.

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La familia Aw llevó al mundo la pomada del Tigre, algo nada sorprendente en vista de todo el dolor que hay en Villa Haw Par.

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El texto en el fondo dice "casualidad en el extranjero". ¿Faltan palabras para explicar la imagen? Dedúcelo por ti mismo.

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Un día, la esposa de Qing Cheng decide que está harta de su vicio de apostar y envía a su hijo a buscarlo, pero en el camino, el joven muere en un accidente.

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Papá obviamente está molesto con este par de tórtolos. ¡Cuidado, chicos!